miércoles, 30 de octubre de 2013

La tan anhelada PAZ

LA TAN ANHELA PAZ
Por: Carolina Martínez

Es absolutamente claro que no todos estamos dispuestos a ingerir cicuta como lo hizo Sócrates, ni que tampoco vamos a resistir las humillaciones de aquellos “aprovechados del poder” con una actitud meramente pasiva; es más me atrevo a decir que cualquiera de nosotros en una situación de absoluta ira e intenso dolor, en donde la injusticia es la principal protagonista, preferimos tomar la justicia por nuestras propias manos, siendo capaces de hacernos matar peleando, antes que seguir padeciendo el dolor que aquellos actos causan en nuestro corazón.

Las víctimas del conflicto armado colombiano, quieren borrar ese pasado violento de su cabeza, quiere cambiar la historia del país y ahora solo sueña con que por fin en Colombia se pueda vivir en PAZ. Ellos les reclaman a estos actores del conflicto armado, el por qué ellos se dejaron cegar por la violencia, convirtiéndose en personas violentas, monstruos sanguinarios, generando así un capítulo de la historia colombiana, que vio morir a sus próceres, a sus luchadores, solo porque pensaban diferente. Este capítulo de violencia y de desolación, hizo que una generación de colombianos, en su mayoría jóvenes, saliera del país, para radicarse en el exterior, buscando nuevas oportunidades, pero sin la necesidad de dejar de pensar en patria, pues su gran sueño es regresar a una Colombia en Paz.  

Estos jóvenes exiliados por la violencia, por la falta de oportunidades académicas y laborales, están cansados de que los tildes de narcotraficantes, ladrones, drogadictos y terroristas. Ellos quieren regresar a Colombia, pero a una Colombia en paz, una Colombia que ya no calle mas los crímenes del conflicto armado Colombiano, sino que anhelan regresar a una patria que no vea la necesidad de alzarse en armas para pedir justicia; porque algo sí es cierto: estos jóvenes colombianos perdonan, pero no olvidan.   

Es válido aclarar que en Colombia, un gran porcentaje de su población, es población rural, la cual se ha visto fuertemente afectada por el conflicto armado que vive el país desde hace un poco más de 20 años; es por ello que su situación actual es de pobreza. Este porcentaje poblacional, que se ha visto gravemente afectado por la guerra, no ha dejado su pujanza de lado, y no se han convertido en esos personajes que dejan que todo pase, sino que por el contrario, son personas que a pesar de haberlo perdido todo y haber quedado en una situación de pobreza, no se resignan ser pisoteados, no se quieren convertir en un “pueblo indómito”, pues ellos quieren seguir luchando, quieren seguir en su pie de lucha por la paz y porque se haga justicia frente a esos crímenes atroces que padecieron en carne propia.

Me atrevo a decir que es culpa nuestra que en Colombia aún persista la anomalía, única en América Latina, de grupos guerrilleros y contra guerrilleros (paramilitares); anomalía que ha generado una tragedia inmensa. Pero esto lo único que demuestra es que el pueblo colombiano, no es un pueblo pasivo ni mucho menos resignado. La historia colombiana, para bien y para mal, ha descrito a los colombianos, como un pueblo pujante, echado para adelante, que nunca se queda callado, que reclama, que busca opciones para salir adelante, pero por esos mismos rasgos de verraquera, es que esa lucha se ha ido tiñendo de sangre, convirtiendo esa virtud en un grave defecto llamado basado en el odio.

El gobierno Colombiano, por fin reconoció en días pasado que en Colombia se tiene un conflicto interno fuerte, y así mismo acepto sentarse a dialogar con la guerrilla de las FARC, sin embargo, ahora ambas partes tienen que tomar decisiones importantes, que hacen que el país se fragmente mucho más de lo que ya está. Por una parte el gobierno tiene que analizar si continua emprendiendo acciones militares que lleven al exterminio de aquellas células guerrilleras que no quieren entrar a dialogar, o si se hace un cese de actividades militares en ciertas zonas, con el fin de que esas células guerrilleras que aún no han entrado en el dialogo, lo vean como una buena salida y por ende entreguen sus armas; para que de esta forma se les pueda aplicar la ley de justicia y paz, tal y como sucedió en Ralito con los paramilitares, buscando siempre una reparación REAL y EFECTIVA de las víctimas del conflicto armado, o sea de la población civil. Así mismo la guerrilla tiene que entrar a analizar si continua con su actuar delictivo a través de sus bien conocidos ataques terroristas, o más bien opta por seguir con la invitación al dialogo, la liberación de los secuestrados y el resarcimiento de las víctimas; esto con el fin de encontrar la tan anhelada PAZ.    

Es preferible que en Colombia nazca un partido bolivariano, que sea liderado por personas políticamente activas como Piedad Córdoba, Gustavo Petro o por el mismo Navarro Wolf; a que se siga con esta guerra que lo único que está pariendo son más hijos huérfanos que ahora claman por la PAZ. Pero el gran temor que existe es que el odio de las antiguas generaciones se siga acumulando y que por ende se continúe en una lucha infame y con una contrainsurgencia que siga con las mismas prácticas que llevan al extermino de partidos políticos, desaparecidos y asesinatos de todo aquello que huela a protesta social; si se sigue entonces por ese camino, la herida de Colombia nunca va a sanar, sino que por el contrario va a seguir sangrando por eternidades.  

Para que odio pare y para que en realidad Colombia salga de ese círculo vicioso de violencia y extermino, es necesario que la guerrilla de él primer paso, liberando a todos sus secuestrados, retirándose entonces en franca lid, de la guerra, para que  ese modo   declaren de modo unilateral la suspensión de la lucha armada, demostrándole así al pueblo colombiano que en realidad han escuchado sus peticiones de PAZ. Pues ahora lo que se respira es una total incertidumbre por parte del pueblo colombiano, que ya no confía en ninguna de las partes (bien sea gobierno o guerrilla), y que lo único que espera es que por fin se logre la tan anhelada PAZ.



LA MARCHA DE LAS BATAS BLANCAS

LA MARCHA DE LAS BATAS BLANCAS TAMBIÉN SE HIZO PRESENTE EN ARGENTINA
Por: Carolina Martínez
¡ALERTA, ALERTA, ALERTA QUE CAMINA LA LUCHA DE LA SALUD POR EL DERECHO A LA VIDA!

Así se pronunciaron los médicos colombianos residentes en Argentina, en apoyo a la movilización en contra de la reforma de la salud en Colombia.

Todos con sus batas blancas, acompañados de pancartas y pitos, se fueron acercando a la convocatoria realizada por las redes sociales, como una muestra de apoyo a la movilización del sector salud en Colombia. Eran más de 30 médicos, quienes con arengas que indicaban su descontento con la reforma y con los comentarios realizados en días pasados por parte del ministro de salud colombiano.

La mayoría de ellos, pretende regresar a Colombia cuando terminen sus estudios, sin embargo ahora no saben qué hacer, pues si antes el panorama era gris oscuro, ahora lo ven negro; consideran que la reforma no soluciona ninguno de los problemas que ya se venían incrementando con la bien conocida y odiada Ley 100, sino que más bien estos se incrementaron.

Su descontento es con el monopolio de las EPS, que ahora son “gestoras”, ellos que son los que mejor conocen el sistema, aseguran que con esto no se va a solucionar el problema de la corrupción y mal manejo de los dineros de la salud por parte de las “EPS”, sino que más bien con esto se le está dando vía libre a la corrupción que existe dentro del sistema; de la misma manera cuestionan la falta de plazas académicas para realizar las especializaciones, y no están de acuerdo con que sean ya los hospitales quienes manejen dicho concepto, pues son los hospitales y las clínicas quienes se deben de ocupar de prestar los servicios de atención a los pacientes y las universidades las de brindar ese servicio de formación profesional, además en este punto son muy claros en decirle NO a la reforma, ya que consideran que con esta propuesta, lo que se está buscando es bajarle la calidad a la prestación del servicio, porque sale mucho más económico para el sistema tener contratado a un especialista en formación que a un especialista ya formado desde la academia y la practica como es ahora; si bien en este sentido hay un problema agudo que es la falta de plazas académicas para las residencias, los mismos médicos dicen que esta no es la solución, la verdadera solución que ellos proponen es abrir más cupos y bajarle a los requisitos tan arduos que existen en la actualidad.

Frente al tema de la tutela y el nuevo POS, los galenos en realidad se preocupan, pues con estos dos puntos no se da solución a la agonía del sistema, sino que por el contrario aceleran la muerte de los pacientes, quienes pierden los pocos derechos que poseían y que ahora pasan a convertirse en un privilegio para quienes tienen una capacidad de pago, lo que en sí es una privatización de un derecho, que debería ser considerado como publico y esencial, por su conexidad con la vida.


El cuerpo médico residente en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, dejo claro que ahora más que nunca todo el sector salud debe seguir unido, para lograr de esta manera que la reforma a la ley 100 sea tumbada y que por lo tanto sus necesidades como trabajadores del sector salud y los derechos de los pacientes sean escuchados, y así se pueda prestar un mejor servicio de salud en Colombia.