miércoles, 25 de marzo de 2015

La despedida de un grande

Al despertarme el día de hoy (marzo 25 de 2015), y revisar mi correo electrónico, leo con asombro la triste noticia de que Juan José Hoyos, mi mentor en esto del periodismo, se retira del periódico El Colombiano; ya no escribirá más su habitual columna de los domingos, y esto lo hace por recomendación médica.

Al leer estas palabras me invade la tristeza y la desazón, pues por él, por sus letras y sus palabras leía el diario El Colombiano, me gustaban y me gustan mucho sus columnas, las cuales siempre tenían algo que ver con algún suceso local o nacional de gran envergadura, en ellas se apreciaba la investigación, la veracidad y sobre todo la objetividad periodística.

Me preocupa que el diario El Colombiano esté perdiendo ese periodismo imparcial, ese periodismo crítico, pues hace poco salió Yoir Akerman, salida que desató un gran debate sobre aquello que sí existe en Colombia: La Censura.

No sé que es lo que pasa en Colombia, sobre todo con los periodistas ricos en información y en narración, quienes se ven en la obligación de abandonar sus líneas, bien sea por salud, por cuestiones de choque de "trenes" o por amenazas; pues hace como 15 días un grupo de "limpieza social" de Medellín amenazó a Ana Cristina Restrepo por su columna sobre Lovaina; ella aún no ha renunciado a su columna semanal en El Colombiano, pero me preocupa que piense hacerlo o que se vea en obligación de hacerlo por su integridad y la de su familia.

No sé qué le pasa a Juan José, espero que no sea nada grave y que más bien le esté cumpliendo la promesa que le hizo a Ernesto Sábato en vida, la de retirarse del periodismo y dedicarse a su pasión que es la literatura. Creo que sí es así, el mismo Sábato hoy está celebrando con el mejor vino allá en ese paraíso en donde ahora se encuentra.

Espero que con estas partidas lleguen buenas letras y que de paso nos abran la puerta a quienes queremos seguir en este sendero de la escritura rigurosa y dedicada, aquellos que queremos ser PERIODISTAS.

Me duele perder esas lecturas y me preocupa que en Colombia los periodistas de gran trayectoria se estén retirando y se estén yendo hacia otros rumbos, están en todo su derecho de descansar y dedicarse al hedonismo en vida; sin embargo, su partida genera tristeza y melancolía, pues ya mis domingos de lectura no estarán acompañados de las letras de mi maestro: Juan José Hoyos.




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