Este año hay cine en el Espacio Urbano, clínicas de instrumentos y muestra de cine. Todos los espacios son abiertos al público de manera gratuita, lo que hace que sea un espectáculo de libre para todos aquellos que quieran acudir al festival.
Describir el festival es una tarea
difícil, es entrar en contacto con una cultura diferente a la porteña, ya que los brasileros se caracterizan por sus tonos alegres, sus sonrisas
encantadoras y por su ambiente fiestero en todo momento. Desde la entrada a la
sala Estudio Urbano, se puede sentir ese sabor de samba de Bossanova que
impregna el lugar.
Asistí al festival con la intensión
de conocer un poco más de cerca la cultura brasilera, pero en definitiva lo que
más me llamo la atención fue la oferta audiovisual, la cual versaba en su
mayoría sobre documentales y argumentales de la historia musical de Brasil; es
allí entonces donde decido entrar como espectadora la cinta “O Misterio Do Samba”, la cual es
un documental dirigido por Lula Buarque de Hollanda y Carolina Jabor.
Abrir la proyección de la cinta, para
el presentador y moderador del conversatorio que se daría al final de la
proyección, era una tarea difícil, no podía explicar mucho ya que la misma
se explica por sí sola. La sala de proyección estaba medio llena o medio vacía,
pero todos los que allí nos encontrábamos, en su mayoría jóvenes, estábamos
ansiosos por empezar a ver la proyección de aquel documental que fue abierto
con tan solo las siguientes palabras: “La historia de la memoria de la samba en
Rio de Janeiro… disfrútenlo…”.
Este documental relata la historia
de la cantante brasilera Marisa Monte, una de las compositoras contemporáneas más
importantes del MPB, quien para la grabación de su trabajo musical TUDO AZUL,
se dedico a investigar y a recuperar casi más de 100 melodías musicales que
estaban siendo olvidadas, ya que las mismas eran producidas por los integrantes
del grupo de veteranos sambistas de la ciudad de Rio de Janeiro, quienes no
tenían la buena costumbre de registrar las letras y melodías que componían en
las rueda de samba que solían hacer cada que se reunían.
Luego de la proyección, se abre el
conversatorio con una de las directoras del documental Lula Buarque de Hollanda, quien empieza a responder
una serie de preguntas que versaban en su mayoría sobre importancia de la
memoria musical dentro del desarrollo cultural de cada país latinoamericano,
destacando en cada intervención la falta de apoyo por parte de los gobiernos de
la región a estas investigaciones que tratan de recuperar esa memoria que en
algunos casos tristemente ya se ha ido.
El conversatorio se termina y
algunos asistentes se retiran mientras otros se quedan y se deleitan de aquel
sonido de samba que siente en el lugar. Un grupo de jóvenes brasileros saca su
tambora y empieza a tocar una que otra sonada rítmica, típica de la samba
brasilera, lo que hacía que me sintiera en un espacio de Brasil, ellos hablaban
en portugués, yo solo entendía algunas palabras, pero con sus sonrisas y
miradas entendían que era bienvenida dentro de ese pequeño círculo brasilero
que ese miércoles 19 de septiembre visite en el Espacio Urbano del Parque
Chacabuco de la ciudad de Buenos Aires.
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